El ser humano se diferencia de la mayoría de los seres vivos por su capacidad de pensar. Los pensamientos por sí solos son inofensivos, nos conectan con recuerdos, memorias y experiencias vividas.
Nos hacen viajar al pasado, obsesionándonos por alguna vivencia ya sea buena o mala según la visión que tengamos y nos hacen viajar hacia el futuro, preocupándonos por alguna supuesta vivencia incierta que no sabemos cómo vamos a vivir o si tan siquiera si la viviremos.
Los hay quer provocan reacciones de bienestar y otros que los catalogamos como perjudiciales. Pero tanto si son positivos como negativos estamos sometidos a ellos y, a menudo, no los podemos sacar de la cabeza... Pasa a menudo y a la mayoría de la gente.
Los que lo han estudiado a fondo o lo han investigado nos dicen que aproximadamente el 85% de pensamientos son absurdos, inútiles y repetitivos.
No hay nada de malo recordar aquel hecho que vivimos de manera traumática o agradable ni pensar cómo será el encuentro con esa persona que estamos conociendo. Lo que nos perjudica es quedarnos atrapados en ellos, porque quedarnos pegados en los pensamientos representa que la cabeza le da vueltas y más vueltas y eso se traduce, por una parte, en un desgaste energético brutal que repercute negativamente al cuerpo físico y, por otro lado, de igual importancia, nos priva de vivir el presente, que es el único momento real que existe.
Vivir el presente es esencial si lo que queremos es vivir una vida consciente. La mayoría de las personas ni se plantean la posibilidad de poder enriquecer su vida a través de un cambio de clic.
Por lo tanto, lo primero que tenemos que hacer es tratar de encontrar la manera de hacernos amigos de los pensamientos. Podemos utilizar dos técnicas para aflojarlos.
Una, meditar. entrenar la mente para hacer pequeños los pensamientos, para no tener tantos, para darse cuenta que los pensamientos son una cosa y nosotros somos otra que no nos pertenece ni tan siquiera forman parte de nosotros, para darnos cuenta que entre pensamiento y pensamiento hay un espacio vacío lleno de bienestar...
Y dos, transformar los pensamientos negativos en pensamientos positivos. También es un entrenamiento y se puede adquirir a través de ejercicios breves y sencillos pero constantes. Saber la manera de adquirir la habilidad de pensar positivamente obtenemos una mayor calidad de vida y repercute directamente a la salud. Ya lo dicen: 'mente sana, cuerpo sano'.
En algún rincón de internet encontré una frase que lo resume: 'Un gran error es arruinar el presente, recordando un pasado que ya no tiene futuro'.
Descárgate el ebook Cómo vivir una vida llena y empieza tu camino hacia una vida mejor.