La gratitud es un gesto sencillo pero potente, que aporta muchos beneficios. Pero no me refiero al agradecimiento hacia la persona que deja o regala alguna cosa. Este artículo va más allá, es la actitud interna de dar gracias a nadie ni a nada en concreto.
¿Qué aporta el agradecimiento?
Lo primero, la gratitud nos aleja de aquello que no queremos en la vida: el miedo, la angustia, la inseguridad, la incertidumbre... porque el agradecimiento está reñido a las carencias y necesidades humanas.
Permite vivir en total presencia, en todo momento, valorando las pequeñas cosas del día a día siendo consciente de lo que nos envuelve en nuestra vida.
Y también aumenta el nivel de consciencia. Es decir, al agradecer a nadie ni a nada en concreto nos aleja de la parte mental y nos abre a un estado superior a la mente humana.
Podemos agradecer al final del día o cuando nos despertamos. Es una opción.
Pero mi propuesta nos permite practicar vivir el aquí, el ahora, el estar presente, valorar las pequeñas cosas del día a día y ser más conscientes de la vida. Me refiero al ir agradeciendo cada momento, justo en el instante que sucede la situación a la que tengo la oportunidad de agradecer.
Este 'doy gracias' es interno. No hace falta decir nada a nadie. Simplemente es manifestar sin palabras aquello que sentimos en nuestro interior.
¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias!
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